Re-conocer el cuerpo e identificar el circuito pensamiento- emoción- sensación es el mayor logro que podemos conseguir para liberarnos de muchas cargas impuestas por otros o por nuestras propias reacciones descontroladas. Es la base de una vida sana y equilibrada y el mejor regalo que podemos hacer a los niños es darles la hoja de ruta para llegar cada vez que lo necesiten.
Es posible guiar esto del siguiente modo:
“Vamos a aprender a reconocer cuando un pensamiento es nuestro y cuando es de otro. A veces se meten en nuestra cabeza pensamientos ajenos y nos hacen creer que son nuestros, si, aunque parezca extraño, asi funcionan por ejemplo los avisos publicitarios, nos llenan la cabeza de imágenes y después nosotros nos creemos por ejemplo que necesitamos un celular nuevo pero en verdad no es nuestro pensamiento. O puede pasar que una amiga nos dijo que los perros dan miedo y sin querer nos lo creemos y empezamos a sentir miedo a raíz de un pensamiento que no es nuestro. La meditación sirve para darnos cuenta cuales son nuestros propios pensamientos y descartar los demás, dejarlos de lado. Para eso vamos a jugar un poco, vamos a aprender a usar el semáforo del cuerpo. El cuerpo es muy inteligente y es el que nos da señales para que podamos identificar nuestros pensamientos auténticos. Si aprendemos a usar ese semáforo ya tenemos la fórmula mágica para tomar decisiones en nuestra vida. Cuando seguimos a nuestro corazón el cuerpo se siente bien, en calma. Si estamos agitados no es un pensamiento nuestro, si estamos tristes tampoco, si el cuerpo se aprieta o tiembla tampoco. Vamos a aprender a escuchar al cuerpo. Cierren los ojos. Elijan un pensamiento. Observen ese pensamiento, ahora presten atención a como se sienten con ese pensamiento. ¿Están en calma? ¿Estan eufóricos? ¿rabiosos? ¿molestos? ¿alegres? Una vez que identifiquen la emoción, sigan sosteniendo el mismo pensamiento y pasen a revisar el cuerpo, todo, vayan por partes, no hay apuro. ¿Cómo se sienten mis manos con este pensamiento? ¿estan frias, calientes, apretadas, relajadas, se mueven? Sientan y sigan así con cada una de las partes de su cuerpo, sintiendo y preguntando cuando deseen pueden cambiar de pensamiento y seguir explorando, pueden jugar a poner pensamientos opuestos a propósito y notar los cambios en las emociones y en el cuerpo. Nosotros podemos elegir que queremos pensar si entrenamos bien esto y si podemos elegir que pensar estamos eligiendo que sentir y si elegimos que sentir también elegimos como se siente nuestro cuerpo. Presten atención también a su manera de respirar con cada pensamiento, pueden colocar una mano sobre el abdomen y otra en el pecho y sentir como es la respiración con cada nueva emoción o pensamiento.
Espero que les sea provechoso. A disfrutarlo!
Namaste
Malia
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