Dios pone juguetes a nuestro alrededor, pero siempre fuera de nuestro alcance y dice: “Vengan y tómelos. Aquí tienen amor, dinero, fama y honores sociales”.
La Deidad trata a la humanidad como una madre inteligente a su hijo, que no lo sermonea sobre las ventajas del andar, ni le explica eruditamente el mecanismo de los músculos de las piernas , sino que le enseña un lindo juguete diciendo : “Ven y tómalo”. El deseo se despierta y el niño comienza a gatear, aprendiendo así a andar. Nosotros, como niños, hacemos grandes esfuerzos y luchamos para arrebatar los juguetes; pero una vez que nos apoderamos de éstos, se rompen y de nada sirven. ¿Dios se burla de nosotros presentándonos todos estos objetos?. No, Su propósito ha sido extraer el poder del Yo, desarrollar la capacidad latente en el hombre, y en el desarrollo de la facultad humana puede observarse el resultado del incentivo del juego espiritual. Este es el medio por el cual aprendemos a desarrollar el Dios interno: el resultado de la actuación del divino Padre con Sus hijos.
Una de las enseñanzas de los Misterios del pasado es que el Universo juega cuando trabaja. A los discípulos se les enseñaba a sentir bajo los procesos de la naturaleza una profunda corriente de alegría. La alegría ha de sentirla cada uno por sí, extrayéndola de su propia experiencia.
La Tradición dice que los juguetes de Dionisios, El Niño Divino, eran los dados, la peonza, la esfera y el espejo. Algunos juguetes entraron a hacer parte de juegosinfantiles como los dados, otros se convierten en símbolos arquetípicos de la humanidad como la rueda y otros llegan a convertirse en máquinas como fue el caso del zoótropo, que nos llevó a la magia del cine actual.
Los Dados:
Somos objetos de muchas caras razón por la que a veces nos llaman poliedros y nuestro apellido depende del número de caras, así: Tetraedro (4), Hexaedro (6), Octaedro (8), Dodecaedro (12) Icosaedro (20). Dicen que el padre que nos dio el apellido fue Platón, por lo que a veces nos llaman sólidos platónicos. A los que tenemos caras irregulares nos apodan arquimédicos pues nuestro padre fue Arquímedes.
Preparados para mostrar un resultado aleatorio cuando somos lanzados sobre una superficie horizontal, desde la mano o mediante un cubilete. Los posibles resultados, numéricos o de otro tipo, están marcados en cada una de nuestras caras y se eligen en función de la posición en la que quedemos tras el lanzamiento; normalmente se toma el resultado marcado en la cara que mostramos cuando quedamos boca arriba. Es frecuente que se utilicen varios dados iguales o diferentes combinados en la misma tirada. Sabían que la suma de las caras opuestas cuando tenemos forma cúbica es de siete? (6+1, 5+2, 4+3).
Dicen que el verdadero Ser Humano es un cristal en forma de octaedro.
Tomado de: hermandadblanca.org
Publica: maestrosyguiasdelaluz.blogspot.com
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