Este cuento es ideal para trabajar con niños de 3 a 5 que aun estan en la etapa de preasanas, los movimientos de torsion flexion de la columna son suaves (girar el volante, sacarse los buzos) y le flexion hacia adelante se hace con piernas en flexion dinámica lo que quita todo riesgo de lastimar lumbares. El momento de olfatear los aromas enseña el principio de respiración yoga: placer y conciencia pranica (que no es lo mismo que respiracion en el sentido de intercambio gaseoso, el pranayama implica energía). Trabaja a nivel fisico tambien la rotación suave de hombros (cuando pone la llave en la puerta con el brazo estirado hacia adelante) y la activación del plexo solar (muy importante en esta etapa de la vida) con el paso de dragon tántrico (uno de los vyangas de yoga viayam) POr su parte podemos ver como describe un círculo a nivel energético de salida del hogar y regreso al mismo al final, esto es muy importante para el primer chakra, el de la seguridad, del hogar, que se debe trabajar también mucho con los peques que inician sus primeras excursions fuera del hogar (tanto de su hogar físico como de su hogar energético, de su unidad primordial con el cosmos) Se trabaja también la parte de senso yoga o yoga de los sentidos en la proliferación de aromas, temperaturas y sensaciones corporales. Contempla la utilización de un mantra (amoooor) y la relajación placentera al finalizar
Espero que lo disfruten (los niños y algunas no tan niñas ya lo hemos hecho)
Con cariño
Malia
El muñeco
Panchi
Panchi era un precioso muñeco que
vivía en una CASA muy bonita. Todas
las mañanas después de desperezarse
salía a abrir la ventana (una hoja y
otra hoja) y miraba hacia los dos lados para ver como se presentaba el día.
Resulta que hoy era un dia con un sol
radiante, grande y hermoso. Así que después de olfatear las rosas que estaban en el jardín, salió caminando como caminan los muñecos (paso
de dragón tántrico en movimiento) un
paso y otro sacando barriga y con los brazos bien estirados para abajo, las
manos abiertas como agarrando el aire para no perder equilibrio.
Asi caminó un rato pero una nube que
estaba sobre su cabeza girando y girando
le quizo hacer una broma y se puso a
llover, gotitas mas gotitas de arriba
para abajo lo fueron mojando todo desde la cabeza hasta los pies.
Panchi que era muy sensible al frio
y no le gustaba mojarse se puso a
temblar y se abrazo mientras se masajeaba los brazos para entrar en calor.
En eso pasó un amigo que tenía auto
y le dijo que subiera y lo llevaría a su casa.
Panchi se subió contento y fue
mirando como su amigo giraba el volante
de un lado a otro por que había muchos pozos llenos de agua.
Cuando llegó a su casa sacó una llave del bolsillo derecho y la hizo girar en la puerta con el
brazo bien estirado porque casi no llegaba, pero la llave no abría asi que sacó una llave del bolsillo izquierdo y
estiro el brazo y la hizo girar y la puerta se abrió. Que rico olor!!! Había
venido la abuela y estaba haciendo galletas, asi que Panchi se fue junto a la
estufa y se sacó el buzo mojado y lo
puso en la silla que estaba de un lado pero se saco el otro buzo que también
estaba mojado y lo puso en la silla del otro lado y se saco el otro buzo y lo
puso en la silla de este lado y luego otro buzo mas y lo puso en la otra silla
y asi siguió un buzo para acá y un buzo para allá (el se ponía muchos
muchos buzos porque no le gustaba tener frío)
hasta que al final de tanto sacarse buzos entró en calor ¿no entraron en
calor ustedes también?. Bueno, pero ahora tenía que ponerse los buzos secos así
que empezó de un lado tomó un buzo y se
lo puso y del otro otro buzo mas y asi
siguió, de un lado se ponía un buzo del otro uno más….
Luego se sacó los pantalones, una pierna, otra pierna , un saltito y afuera, y otro pantalón más (sí, también
usaba muchos pantalones por el frio) asi que así siguió hasta que se sacó todos
los pantalones.
Ahora se tenía que poner los
pantalones secos, levantar una pierna,
calzar, estirar, levantar la otra, calzar, estirar y luego subirse el pantalón,
ajustarse el cinturón y girar para un lado y para el otro desde la cintura para
ver que no hubiera quedado muy apretado. Y siguió y siguió hasta que por fín
terminó .
Ahora si,
se sentó mientras cerraba los ojos para sentir el aroma de las galletas que
la abuela ya estaba sacando del horno.
Se puso las
manos en el pecho y dijo la palabra mágica que le había enseñado la abuela para antes
de comer: Amor- Amooooooooooooooooooooorrrr
Amorrrrrrrrrrr
Y colorín colorado Panchi contento
se comió las galletas y se acostó a
dormir la siesta